domingo, 16 de octubre de 2011

Roland Emmerich




Pregunta.- Vaya obsesión la suya con destruir el mundo. En este filme se carga Los Ángeles, la Torre Eiffel, el Cristo del Corcovado en Río de Janeiro, El Vaticano...

Respuesta.- Si te fijas, todos ellos son símbolos de sus respectivos continentes. Y lo del Vaticano... bueno, estoy contra las religiones organizadas, contra las iglesias. ¿Para qué hay que ir a una iglesia a rezar? No tengo ni idea. El mensaje es que si tienes que hablar con Dios, no lo hagas enfrente de una iglesia porque se te puede caer encima.



Fue seguramente en ese momento cuando me empecé a enamorar de Roland Emmerich y cuando empecé a comprenderlo. Roland Emmerich es, seguramente, uno de mis ídolos actualmente. Antes estaba Björk, pero es alguien demasiado lejana, islandesa, siempre cercana al mundo punk y al mundo de la moda. También estaban gente como Underworld o Massive Attack, pero también tenían backgrounds totalmente diferentes al mío, lo cual me hace pensar que jamás podría hacer lo que ellos.

Pero Roland Emmerich no. Roland Emmerich tiene varias virtudes que me hacen tenerlo de ídolo, que enumerándolas son:

- Es muy nerd.
- Es muy marica.
- Tiene una nariz fabulosa.

Que en realidad se reducen a la cuestión de la nariz.

Vale, no es cierto. Me gusta porque poco a poco ha conseguido ser el Ed Wood que Ed Wood hubiera querido ser. ¿Qué quiere decir eso? Este hombre adora la serie B, la ama, pero mucho más de lo que Joe Dante, Spielberg, Fred Dekker y demás greatest hits de los 80 lo hacían. Y esto se nota en que siempre hace serie B, independientemente del presupuesto. Siempre tiene ese punto de pulp, de gamberrada disfrazada de chapucería, de "a ver cómo lo hago más grande". Pero para llegar hasta ahí, vamos a repasar un poco su filmografía. O al menos, lo que recuerdo. (NOTA: se obvia 10000 BC. La recuerdo en un tren. Recuerdo que parecía una cosa de Russell Mulcahy, y no quiero recordar más de ella)

El principio del arca de Noé (1984)

http://favoritemoviescene.blogspot.com/2010/10/das-arche-noah-prinzip-richy-mueller.html

Este es el mejor recuerdo que tengo de la película, y bueno, sospecho que fue una película hecha para sacar al amigo
Richy Müller desnudo o en calzoncillos - que por otro lado, es otro hombre con una nariz fabulosa. Bueno, esta fue la primera película seria de Emmerich. Creo que iba de un tío en una estación espacial que, durante una hora y media, tenía problemas con su novia y descubría ser parte de un complot internacional para no se qué leches que tenía que ver con la estación. Resumiendo: era un coñazo. Pero Richy Müller salía en calzoncillos casi todo el rato, lo cual es una buena muestra del gusto estético de Emmerich. También el uso de maquetas era impresionante, pero no tanto como el actor principal.


El secreto de Joey (1987)




La película donde dieron de leches a Roland Emmerich hasta en el DNI por saquear toda la iconografía de Star Wars sin permiso. Joey trata de un chaval que se ve envuelto en una trama que es a rato Poltergeist, a ratos ET, a ratos Los Goonies, y con cosas de Star Wars volando por ahí. Es un auténtico despropósito que sirve para decir: "hola, mi nombre es Roland Emmerich y me vuelve loco Spielberg". Es algo demasiado adolescente, demasiado amateur.

Curiosamente sí nos impactó a los chavales de los ochenta. La culpa la tienen dos cosas: una fotografía e iluminación que sí sabe sacar partido a los escenarios, y que bueno, a quien no acojonan los juguetes asesinos. El muñecajo ese fue parte de los trozos de películas que aparecían en la cortinilla de "Documentos TV", añadiendo mal rollo a la cortinilla. El resto de la peli, pese a muchas cosas que me gustan (banda sonora con sintetizador, uso imaginativo de efectos visuales), lo dicho, un desastre.

Estación Lunar 44 (1990)


Antes que Verhoeven dijera "eh! miradme todos! voy a adaptar una novela de Heinlein de forma IRONICA! ¿eh? ¿lo veis? ¡es i-ro-ní-a! ¡soy super sarcástico!", alguien le iba a superar en sorna: el mismo Emmerich, sacando todos, absolutamente todos los clichés del cine carcelario, del cine de soldados, metiendo en el plató un homoerotismo casi insoportable, comandado por Michael Paré y Malcolm McDowell, y que culmina en una violación en la ducha que está rodada de tal forma que suena a coña marinera (con elegante cambio de plano al espacio donde ¡sí! se pueden oír los gritos). ¿El resto? Soldados muy machos, comida que sabe a mierda, misiones imposibles, heroicismos, excelente uso de las maquetas, excelente uso de los decorados y la iluminación, y ese tufazo a novela baratilla de cf que tanto caracteriza a Emmerich. Ah, y muchos culos.

Soldado Universal (1992)


Podría decir muchas cosas de esta peli. Podría decir que es el final de la etapa de Roland Emmerich rodando con el puñetero filtro azul. Podría decir que jamás han salido tan guapos ni Van Damme ni Dolph Lundgren. Pero en realidad lo que más recuerdo de esta peli es que fue la primera película de hostia limpia que vi en el cine, con mi amigo Roberto (hay una historia de homoerotismo célibe y doloroso con este chaval, que por ahora pasaré de largo). El me fue informando de todo lo que tenía que ocurrir en esta película, entre lo que destaca:

- Una lucha final más larga que el resto de las luchas de toda la película
- Un objeto punzante que es lo que mata al malo

Esto último es algo que aparece en muchas películas de acción de los 80 y 90, y es como justificar la muerte del malo por un accidente. Venga, pensad ¿a que os suena esa muerte de caerse de no se donde y acabar atravesado por una valla/arpón/cristal/etcétera? En el cine de acción norteamericano, el asesino del giallo es el protagonista contra el malvado.

Volviendo a Soldado Universal: es exactamente lo que promete. Van Damme con líneas de diálogo bastante estúpidas, una chica florero, y Dolph Lungdren haciendo de Terminator. Destaca la siguiente escena:

Absolutamente gratuita.


Stargate(1994)





Es el único trozo que dejaban coger de youtube. Anyway, Stargate es el comienzo de la racha petataquillas del amigo alemán. Stargate, es, además, dos películas: 30 minutos bien escritos, y luego una hora y pico de pulp. Es exagerado cómo las ideas, tanto visuales como argumentales, van desapareciendo una vez atraviesan dicha puerta. Quizás fuera cosa de expectativas: todos nos esperábamos un "Otherworld" en película, pero en vez de eso Emmerich y su amigo/guionista Dean Devlin hicieron una película puramente colonial y militar, no un space opera.

Según se ve en la parte Trivia de la IMDB, James Spader aceptó el proyecto sólo por el entusiasmo que mostraba Roland Emmerich. Lo que es sorprendente es el entusiasmo de James Spader, quien es capaz de sacar un personaje adelante, personaje que basicamente es el niño empollón de las películas de los 80 ya hecho grande. Kurt Russell tiene algo mucho más esquemático para hacer con el suyo, y simplemente pone su cara de circunstancia ante todo lo que tiene que decir o hacer, como decir que está dolido por la muerte de su hijo o dejar el tabaco (sinceramente, hace mucho mejor papel en Soldier, del primo-hermano de Emmerich Paul W.S. Anderson). Pero es que tampoco hay mucho que hacer una vez la película se va a ese planeta egipcio: gansadas con animales babosos, mujeres exóticas, un personaje cómico, y escenas de guerra totalmente incongruentes.

Pero ¿cómo? ¿Dónde está el componente marica de Emmerich? En Jaye Davidson, por supuesto, el elemento más sexualmente ambiguo que ha habido jamás en el cine. El tío pidió un millón de dólares y que no le tocaran los piercings de los pezones, y se lo dieron. El último día, cual travesti en El Diario de Patricia, dijo que no estaba cómodo y se quedaba desnudo, que pasaba de vestirse. Y luego dijo que no volvería al cine más nunca. Un raro, vamos, pero que haciendo de un dios egipcio que está rodeado de niños semidesnudo, da un carácter ciertamente inquietante. Es como asexuado y a la vez peligroso. Es un malvado, perdonen la rima, fabuloso.

Pero la película no vale gran cosa. Hay mucha estridencia por parte del tema de David Arnold, hay una escena hilarante y con una digresión casi molesta con un chaval cayendo en combate y su casco rebotando en una escalera, hay un uso muy perezoso de los grandes decorados, y en general hay mucha incomodidad. Toda esa primera parte milimetrada levita, kilómetros por encima, sobre la segunda. Echaron la culpa al presupuesto, pero creo yo que la primera idea estaba clara, pero la segunda no tanto.

Independence Day (1996)



Esto es el alpha y el omega de la película. En una actualización de las películas de ovnis cincuenteras y del V de los ochenta, Devlin y Emmerich sacaron todas sus ideas más infantiles para juntarlas con el espíritu de catástrofe y hacer una película con todo ello. Primero el elemento decepcionante: no hay nada marica en Independence Day. Nada. Will Smith es muy hetero, Jeff Goldblum también, y Bill Pullman no da para ningún sex appeal siquiera.

¿Qué es lo bueno? Que aquí ya van con el cachondeo a toda pastilla. Engañan al comienzo, generando cierta tensión con esos alienígenas que no se muestran y sólo quieren cargarse al personal (elemento que, ironías del destino, retomaría Spielberg en su "La guerra de los mundos"), pero luego van al puro espectáculo circense, sin metáfora. Cromas que cantan a distancia. Hostias a extraterrestres. Presidentes de EEUU que vuelan cazas. Virus informáticos que se cargan las cpus de esos extraterrestres. Y por supuesto, un negro, un judío y un blanco entre todos, como si fuera un chiste de esos. Y una Mary McDonnell que aparece y desaparece sin que nadie se pregunte nada.

Espectacular, sin duda. Es como el final de "Invasores de marte", la de los 50, pero en divertido. Es mostrar, en toda su exageración, el orgullo patrio norteamericano, de tal forma que es capaz de levantar algunas cejas.

Muy poco después se estrenaría "Mars Attacks", que aunque iba de parodia bruta de las mismas fuentes, casi acabó siendo una parodia de la película de Emmerich, sobre todo en los speeches. Pero en Mars Attacks no explotan las cosas de forma tan chula. En Independence Day las cosas explotan de forma majestuosa, elegante, y de color azul. Nadie explota explota expló el mundo civilizado como mi alemán favorito.

Godzilla(1998)



Hay una cosa maravillosa en Godzilla, y se ve en ese vídeo en el minuto 3 y pico: saltan los taxis, y luego la gente salta con los paraguas. Se nota que es fake. Y DA IGUAL. Ese espíritu edwoodiano está pleno en esta heretiquísima película, la mayor causa de odio a Emmerich en lo que va de carrera. De nuevo hace una película azul sobre un desastre tras otro desastre, con la última vez donde Matthew Broderick sale guapo en la historia del cine, y con una tipa con el fabuloso nombre de María Pitillo, mientras Jean Renó se parte la caja pasando por ahí. Luego la película es una mezcla de todas las películas de aventuras, y es algo que no acaba de funcionar: parece que quiere hacer King Kong, todo King Kong metido en NY, y lo malo es que todo eso A LA VEZ no puede ser. Primero: el público de hoy no perdona ese cambio de tamaño del monstruo. Segundo: vale, te gusta Spielberg, pero no puedes meter una escena que plagie de tal forma a los velocirraptores de Parque Jurásico. No, no puedes. Y tercero: sí, vale, te gusta King Kong ¿era necesario que insistera tanto en ello, con ese final donde oh el monstruo da penita?

Por fortuna vino Cloverfield para demostrarnos que los monstruos son de un tamaño: enorme, y que sólo tienen un carácter: hijoputa.

Además Cloverfield es amarillo y marrón, no sólo azul.

El patriota (2000)



Nadie detuvo a Emmerich tras los desastrosos resultados de taquilla de Godzilla. Simplemente le dijeron "oye, vuelve a hacer otro tema así como muy proamericano. Y esta vez déjate de azules".

El Patriota es el sueño húmedo de Mel Gibson. Es mucho más burra que Braveheart. Mezcla muchos más géneros populares. Y el personaje es aún más jarboil que el de Payback del año anterior. Y tiene aún mejor excusa histórica. De hecho la cantidad de pasta y de nombres que arrastra esta peli casi asusta, con una bso de John Williams coronándolo todo. ¿De qué va? de Mel Gibson siendo el personaje decisivo para la independencia de (norte)américa, enfrentándose contra un malo malísimo y caricaturesco que encarna Jason Isaacs. Todo eso durante muchiiisimo tiempo, con mucha sangre, pólvora, y speeches escritos por el menda guionista de Salvad al Soldado Ryan (de ¡Spielberg!).

Hace poco la revisé, y pese a que plásticamente es impresionante - aunque a veces se acerque a lo cursi - , reconozco que hay que tener cierto nivel de cachondeo en el cuerpo para tragársela. En la escena que he puesto ya se ve por qué: es una película histórica, es un western, es una película de venganzas, y todo ello con Mel Gibson frunciendo el ceño. Salen batallas donde bolas de cañón atraviesan a soldados, y donde salen decapitaciones, todas con un colorido precioso. Pero en demasiadas ocasiones todo parece un remake de Soldado Universal pero de época, con, por supuesto, una larga pelea final entre El Bueno y El Malo. Qué se le va a hacer, es la forma de ver el cine de este hombre: le puedes dar medios, que te acaba haciendo un pulp igualmente. Hasta los soliloquios suenan, más que a novela histórica hipertrofiada, a personaje de Robert Heinlein.

La mariconería está en el personaje de Jason Isaacs, que es una mezcla entre el Barón Harkonnen y Priscilla la Reina del Desierto.

El día de mañana(2004)




Quizás no signifique ninguna mejora de Emmerich como director o guionista (de hecho su guión, su estructura de la historia, es lo que más daño hace a la película), pero sin duda es una muestra de lo bien que se entiende con su equipo de efectos especiales. Estas escenas, seguramente las mejores de toda la película, muestran el primer intento de Emmerich de hacer la Película De Catástrofes Definitiva. Pero hay más elementos. Al igual que en Godzilla, quien no está en lo que tiene que estar, palma. Luego tiene cachondeíto el uso de los retrovisores, un guiño descarado a la forma que tiene Spielberg de rodar. Pero lo que destaca, además de ese nuevo intento por hacer lo imposible de que los personajes estén a la vez al lado del peligro y que se salven de forma ultrainverosímil en el último momento, es la perfección física de estos efectos: la forma en que se desplazan los fluidos es fascinante, alucinante.

El resto de la película destaca por sus paralelismos con Spielberg: familias desestructuradas, padres que atraviesan de todo para salvar a sus hijos y tantas escenas que tienen un espejo en "La guerra de los mundos" que se estrenaría al año siguiente. La diferencia está, por supuesto, en que Spielberg sabe crear drama familiar y Emmerich no sabe o pasa de esforzarse.

Hay escenas muy chulas, de todas formas. Una conversación telefónica con el agua al cuello es algo muy alegórico, muy hermoso, muy sutil para lo que es este hombre. La entrada de los lobos también tiene un lirismo muy curioso. La despedida de Ian Holm no deja de dar cierta penita. Y eso de que los protagonistas tengan que quemar toda la biblioteca para sobrevivir no deja de dar la impresión de que te están diciendo algo pero no sabes exactamente qué.

Lo que al final ha trascendido de esta película son las partes que huelen a realismo. Por primera vez las escenas de efectos especiales fueron una predicción muy certera de lo que fue el famoso tsunami japonés. Por otro lado, aunque parezca forzado, sí es bastante probable un cambio de climatología de forma brusca (quizás no *tan* brusca, vale). Y por último, la coña marinera del final parece una llamada de Roland Emmerich ante Tim Burton, como si dijera "¡eh! ¡yo también sé hacer bromas con México!". La broma en sí es que hay un enorme movimiento migratorio hacia el sur, claro.

Y ya en esta película hay coñas políticas y sociales con la destrucción de ciertos edificios y la aparición de ciertos personajes, pero de una forma bastante sutil con respecto a la siguiente. Mariconería cero, por cierto.

2012 (2010)



El epítome de Emmerich, su mejor película, y la que tiene escenas de mayor vergüenza ajena. 2012 tiene absolutamente todas las obsesiones de este hombre, que a estas alturas de la vida habrá que llamar autor: las familias desestructuradas (como adivinad-qué-otro-director), la destrucción de iconos, y el no evitar meter cualquier elemento de baratillo que se le ocurra. 2012 es, de hecho, un remake no confeso de "El día de mañana", con exactamente los mismos personajes, pero distintas ciudades que sufren. Lo que la hace muy divertida, y la mejor película de Emmerich durante una hora y media, es que tiene una estructura cuidadísima durante su comienzo, que los actores se toman en serio lo que están haciendo, y que, incluso cuando no hay efectos, hay escenas realmente buenas. La explicación de toda la, ejem, ciencia de la película mediante un flash de Woody Harrelson es insólitamente hipnótica. Hay una escena preciosa en el avión donde viajan todos los protagonistas, sin música, sutil, lo nunca visto en este hombre. También están todas las referencias a problemas políticos actuales

Para ser concretos: sale un clon de Schwarzenegger, sale un clon de Angela Merkel, sale un clon de Berlusconi, y sale un clon de Paris Hilton como personaje principal. Si eso no fuera suficiente, la solución a que se salve la humanidad están en unas arcas donde todos van a ir a parar al sur de África, en plena misión neocolonizadora, que es una especie de chiste 2.0 respecto al de "El día de mañana". ¿Qué tiene de malo la película? Que hay muchísima paja, tanta como en Stargate, para rellenar todos esos minutos. Corre corre venga dale arriba abajo uy que te salvas. Eso funciona una vez, funciona dos, pero ya cuando llegan al arca, directamente, cansa. Si hubiera metido tijeras ahí, la película sería... ¡perfecta!

Pero no olvidemos el punto que la resume. Los elegidos van a salvarse gracias a esas arcas, logran navegar con ellas y de repente tienen el riesgo de estrellarse contra una montaña. ¿Qué montaña? ¿Cómo que qué montaña? ¿Cuál va a ser sino la montaña más grande del planeta? ¡El Everest! Ahí está el espíritu del alemán loco. La otra gran coña es el portaaviones USS Kennedy como autor de la muerte del presidente negro. Pero hay muchísimas más escondidas por los minutos y minutos de 2012.

Por dios, voy a poner la escena que se me olvidaba, la otra escena que ha causado mayor odio en nuestro alemán.





FUTURO

Tiene en próximo estreno una película sobre la auténtica autoría de las obras de Shakespeare, que tiene pinta de ser un desastre. Luego va a destrozar la Fundación de Asimov.

¿Verdad que la vida puede ser maravillosa?

Love u, Roland.

2 comentarios:

Kaplan dijo...

Grandioso. Me he descojonado vivo. Emmerich es Dios, punto.

littlebab dijo...

Fantástica revisión de la filmografía del Sr. Emerich. Eso sí, necesito revisar "El secreto de Joey" ya!