lunes, 9 de enero de 2012

2012

Qué redundante es un blog cuando ya hay foros, twitters, facebooks y demás en donde uno va informando de lo que opina, lee y le ocurre durante el día. Qué poco sentido tiene el monólogo, el escribir sin feedback inmediato, el canto al ego que sirve como escaparate posterior que es un blog. Qué pocas ganas tengo, en realidad, de mostrarme aquí otra vez desnudo y fofo, con mis pelos mal puestos, para contaros mi vida.

Pero para eso está la cosa, supongo. 2012 ha empezado con un empujón externo: me han echado del trabajo. Lo he dicho tantas veces, he expuesto los detalles con una pornografía tan lastimosa, tan autocompasiva, que ya es paródico que lo explique otra vez: me echaron sin dejarme recoger las cosas, con muchos archivos personales en el portátil, porque "hemos recibido informes muy negativos sobre ti". "Aceptamos la improcedencia del despido", me dijeron. Primero shock, luego nerviosismo, luego bajona, y casi al final alivio, el mismo alivio de cuando se te muere un ser cercano por cáncer. El trabajo me daba vida, me quitaba de tratar cosas personales, de tomar decisiones, pero no podía seguir así durante mucho más tiempo. Era el campo de amapolas de El Mago de Oz, pero además un campo de amapolas con insectos que te machacan. Me daba dinero para el ocio, pero cuando llegaban las vacaciones estaba demasiado cansado como para disfrutarlas. Y postergaba varias decisiones a la vez: cómo iba a acabar el proyecto, cómo iba a cambiar mi futuro profesional hacia algo que no me quemase tanto, cómo iba a empezar a moverme en otras direcciones, cómo iba a recuperar esas aficiones, esas inquietudes que me gustaban y que se me daban tan bien. Ha sido la mejor peor noticia del año, y esto ocurriendo el 2 de enero.

Estoy en el paro, tras una semana de vacaciones totales de jugar al Terraria, comprar Reyes, ayudar a mis padres. Ahora ya ha pasado todo eso: tengo este tiempo para un proyecto que quiero tener en tres meses ya muy muy enfilado - porque si no me quedo sin festivales, y lo siento, no - y para verme en el espejo y que el reflejo me diga "mira, si ahora no haces eso de coger un tracker y sacar esas melodías de tu cabecita y ponerlas ahí, eso de escribir todas esas elucubraciones sobre esa gente que te encuentras en la calle y cuya historia de cómo llegaron ahí imaginas en segundos, eso de esforzarte para escribir en esos sitios donde quieren que escribas... como no hagas todo eso, es pura, totalmente, culpa tuya". Soy como Rajoy con mayoría absoluta pero con mi vida. Tanta responsabilidad.

Y por otro lado, mañana llego a los 34 años.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues mira, a mí me pasa algo similar, cinco años y pico más tarde que a ti. Así que, ya sabes, ponte a escribir/componer, ¡bellaco!, que aquí te esperamos.

Y feliz cumpleaños. Lo celebraremos con una buena cogorza y un pogo en el concierto de Pulp del PS12 :-)

el paseante dijo...

Los blogs también sirven para leer a gente que escribe de coña, como tú, Me gusta verte desnudo, fofo y con esos pelos. Y con ese montón de años encima. Felicidades.

PD: Soy uno de los malditos amigos catalanes de Silvia.

Gerònima dijo...

Vinc de casa el Paseante y mira, justament avui he vist aquest vídeo, així que te l'enganxo aquí.
http://www.youtube.com/watch?v=9Z2HjgzN7oc&noredirect=1&fmt=16

Ah! i felicitats per l'aniversari, encara que faci uns dies tard! :P